bilbao. Los termómetros bailaban ayer sobre los 30 grados centígrados en el centro de Bilbao. Los transeúntes de la Gran Vía se refugiaban junto a la fachada de El Corte Inglés, a la sombra, pero pronto se paraban atónitos ante el escaparate. No era por ninguna oferta, ni por haber encontrado el artículo que tanto tiempo llevaban buscando. Al otro lado del cristal, una figura femenina trabajaba encorvada sobre una bicicleta de aires futuristas. Era Virginia Berasategui. Con un casco aerodinámico y su indumentaria de competición, la bilbaina se exprimió sobre el rodillo durante media hora. ¿El motivo? Promocionar el Triathlon de Bilbao que se disputará el próximo 18 de mayo.

Público de todas las edades se agolpaba junto al cristal. En su urna, Berasategui sufría los estragos del calor. "Antes de meterme me han preguntado si quería un ventilador y yo he dicho que no hacía falta", explicaba la atleta tras media hora rodando en el escaparate, "pero luego me he arrepentido porque entre la temperatura del exterior y los focos que tenía, hacía muchísimo calor".

A pesar de las dificultades ambientales, la deportista se tomó el evento con humor. Con el público mirándola a solo dos metros de su bicicleta, Virginia Berasategui mantuvo el tipo y confesaba que no tuvo nervios al sentirse observada: "A mí me han dicho que pasase lo que pasase con el público, diese pedales y mirase hacia delante, así que yo me he puesto a ello y he cumplido con todo lo que me han mandado".

Tras casi media hora en el escaparate, Virginia Berasategui se despidió de los congregados con varias reverencias y después se dedicó a firmar autógrafos. La bilbaina explicaba que pese a haber tenido muchos problemas físicos a lo largo del invierno, "voy a llegar al Triathlon de Bilbao con la firme intención de ganarlo". Dentro de ella se agolpan los sentimientos por ser el año de su retirada, pero quiere despedirse de su Bilbao a lo grande.