BILBAO. A Aitor Hernández, Egoitz Murgoitio y Javier Ruiz de Larrinaga, los tres ciclistas con más quilates en el ciclocross estatal, no les salen las cuentas. La guinda a la temporada es poder exprimirse en el Mundial de la especialidad con los mejores del planeta, pero este año se han encontrado con una zancadilla inesperada. La Federación española ha alegado problemas económicos y ha anunciado que no se llevará a ningún ciclista al Campeonato del mundo, que se organizará en febrero en Louisville, Estados Unidos. La primera reacción no ha tardado en llegar. Aitor Hernández, reciente campeón de Euskadi y del Superprestigio, ya ha anunciado que no participará. "Ni siquiera se han puesto en contacto con nosotros para decirnos algo", explica molesto, "va a ser un gasto grande y he decidido no ir. No veo lógico que nos lo tengamos que pagar".
Quienes sí meditan viajar por su cuenta a Colorado son Egoitz Murgoitio y Javier Ruiz de Larrinaga. El alavés, al margen del plantón económico, se queja de la desinformación a la que les somete la Federación: "Todo lo sabemos por rumores y, si tenemos la intención de ir, tampoco sabemos qué es lo que tenemos que hacer. Tenemos que pasar un control antidoping antes y el otro día llamé a la Federación española y me han dicho que nos lo van a hacer, pero no especifican ni cómo, ni cuándo". Javier Ruiz de Larrinaga ha valorado no ir al Mundial para no dar la razón a la Federación y no permitir que haya corredores representándola cuando la misma no está dispuesta a enviar ciclistas en su nombre. Es más, le parece lamentable tener que lucir su maillot si finalmente viaja al Mundial: "No tenemos derecho a llevar publicidad en el maillot con el que corramos. No podemos poner ningún patrocinador nuestro habiendo costeado nosotros el viaje. Esas cosas también hay que negociarlas. A mí no me parece muy serio que la Federación no ponga un duro y aparezca allí gente corriendo de España".
El de Ametzaga es muy crítico y no entiende que "una institución como la Federación no puede costearnos ni siquiera un 30% del viaje. Nos merecemos un respeto. No se va al Mundial por la deuda que hay en la Federación, pero me gustaría saber qué porcentaje ha generado el ciclocross de esa deuda. Llevo aquí unos años y lo único que se hace es ir al Mundial. No se ha hecho ni concentraciones, ni ir a Copas del Mundo, ni nada. En ese sentido nos vemos un poco perjudicados".
la fuerza de un equipo Egoitz Murgoitio, por su parte, también cuenta con el apoyo de un equipo, lo que le hace pensar que podrá estar en el Mundial: "Tengo el respaldo de Hirumet, que ya me permite hacer el calendario más importante que hay, con la Copa del Mundo y carreras internacionales. Si físicamente me encuentro bien y doy el nivel que creo que tengo que dar en las carreras de antes del Mundial, la idea es estar allí".
Viajar con un mínimo de garantías supone una inversión muy potente para quienes decidan participar. "Tienes que llevar un par de ayudantes y dos bicicletas", explica el vizcaino, "luego allí hay que tener en cuenta que hay que desplazarse desde el hotel hasta el circuito, que hay un cambio de horario y que no es como ir a un Mundial en Europa. A Estados Unidos tienes que ir unos días antes para amoldarte al horario y todo se multiplica". Con todo esto, el precio final asusta: "Yo creo que por cada corredor, con un poco de ayuda y bicicletas, es muy difícil bajar de los 3.000 euros".
A pesar del plantón de la Federación, Murgoitio, como Ruiz de Larrinaga, no está dispuesto a renuciar a buscar un hueco entre los mejores del mundo: "Poder estar en un Mundial es muy importante. Lo que puedas hacer en esta cita no tiene nada que ver con lo que hagas en otras carreras. Es el mayor escaparate dentro del ciclocross".