bilbao

pOR una noche la cancha del frontón Bizkaia se transformó en un cuadrilátero en el que 16 púgiles despertaron la pasión de los bilbainos por el boxeo. Los ganchos de Oinatz Bengoetxea los repartió ayer Andoni Gago, los dos paredes endiablados de Pablo Berasaluze se transformaron en derechazos del sestaoarra Eneko Alonso y las voleas que en otras ocasiones exhibió Juan Martínez de Irujo se transformaron en uppercuts del bravo Kerman Lejarraga.

La afición respondió. A las 21.00 horas del viernes el frontón registraba ya una buena entrada para presenciar los primeros combates de boxeo olímpico. Los púgiles más jóvenes fueron los primeros en bailar sobre la lona. Debió de ser especial para Ibon Larrinaga saltar al ring con una enorme pancarta con su nombre en el graderío. En un rincón, una veintena de aficionados se pasaron la velada coreando a gran parte de los boxeadores vizcainos y Larri fue el primero de ellos. Nada más sonar la campana no tardó en escucharse un grito que se repetiría toda la velada: "Egurre!".

Los combates de modalidad olímpica se disputaron a tres asaltos. El más vistoso resultó ser el que enfrentó a dos contendientes vizcainos. Eneko Diablo Alonso, de Sestao, se midió a una de las grandes promesas vizcainas, Jon Fernández. El de Etxebarri tan solo tiene 17 años y ayer dio la talla ante un rival más experimentado.

Fernández no supo mantener las distancias aprovechando su mayor altura y Alonso terminó llevándose el combate al desenvolverse mejor en las distancias cortas. Los tres asaltos arrancaron los aplausos de un poblado graderío.

El primer plato en categoría neo profesional trajo un entretenido pulso entre el dos veces campeón de Asturias y bronce en el Campeonato de España, Josi Martínez, y Nedjme Eddine Chimo. Fue este último quien finalmente se llevaría el gato al agua.

los platos fuertes A partir de ahí llegaron los tres combates más interesantes de la velada. Giorgi Bazanov, bilbaino de origen georgiano, se vio las caras con Kerman Lejarraga. Una marcha fúnebre vistió la entrada al cuadrilátero de Bazanov, mientras que el de Morga se presentó con la versión rockera del himno del Athletic para delirio de sus incondicionales. "Let's go, Kerman!", coreaba su cuadrilla de amigos desde un fondo.

La pelea fue muy igualada. Durante los cuatro asaltos el intercambio de golpes fue constante. Finalmente fue la contundencia de los golpes de Lejarraga la que inclinó la balanza de los jueces pese a la bravura y el tesón mostrado por Bazanov. La grada del frontón Bizkaia disfrutó de lo lindo con el espectáculo de los dos boxeadores.

En categoría profesional el invicto Andoni Gago prolongó su buena trayectoria a costa de Vitaly Shivanov, un púgil ruso afincado en Zaragoza. El de Otxarkoaga sufrió de lo lindo para imponerse a su rival, más fuerte que él. En el segundo asalto el ruso conectó un derechazo en la cabeza de Gago que le hizo tambalearse contra las cuerdas, pero el Macho se rehizo del susto y tiró de oficio para llevar la iniciativa hasta el final. El triunfo del bilbaino fue la última alegría de la noche para los asistentes, que vieron cómo el combate estelar quedaría deslucido.

poco rival para mendoza El cartel de la velada sufrió cambios de última hora. El más importante fue el del nombre del boxeador que debía enfrentarse a Natxo Mendoza. El nicaragüense Eligio Palacios tuvo problemas de visado y fue sustituido por su compatriota Santos Medrano. El cambio no resultaba en principio un problema, ya que Medrano presentaba mejor ranking que Palacios. Pero sobre la lona el centroamericano no demostró ninguna intención de boxear. En el primer asalto no paró de huir de Mendoza y en los siguientes trabó la pelea siempre que pudo. El árbitro, tras advertirle en varias ocasiones, decidió descalificarlo antes de que terminasen los seis asaltos programados.

A pesar de que Mendoza se llevó el combate, las circunstancias hicieron que a la velada le faltase la guinda. Bilbao volvió a saborear el boxeo. Fue una noche para recordar los tiempos en los que el Botxo era una plaza habitual para el deporte de las 16 cuerdas. La grada dejó claro que el boxeo debe volver.