bilbao. No era un trazado que le agrade especialmente el de Le Mans, los entrenamientos no se habían sucedido según lo esperado y, de por medio, de muchísima mayor importancia que todo lo anterior, su tío Pablo había pasado a mejor vida. Un cúmulo de circunstancias que no hacían de Francia la carrera más apropiada para los intereses de Efrén Vázquez. Sin embargo, la cuarta plaza da buena cuenta de la capacidad del piloto de Rekalde y del Derbi Tuenti Racing para enderezar la senda de la progresión. "Ha sido uno de los fines de semana más duros desde que llegamos al Mundial. Llevábamos una trayectoria ascendente y aquí, por primera vez en la temporada, se nos habían torcido las cosas. Haber sido capaces de superar esas dificultades nos va a hacer crecer aún más", analizó el bilbaino, quien, de todos modos, ya anticipó previamente a la prueba que "los puntos y las conclusiones se sacan cuando se baja la bandera de cuadros. Hasta entonces, nada es definitivo". Y así fue, su optimismo se vio materializado. Efrentxu difícilmente pierde la moral, ya que si fuera así, seguramente ahora no estaría disputando el Mundial de 125. Es de los que piensan que los sueños se cazan.
"Hemos salido un poco a la aventura y sin saber muy bien hasta dónde podíamos llegar. La clave ha estado en que hemos adaptado correctamente nuestra mentalidad a la complicada situación que nos ha tocado vivir y el resultado está ahí", se congratulaba Vázquez, agradeciendo la paciencia y la voluntad de su entorno, valorando todo lo que le compete a él y a su círculo. "He hecho una carrera inteligente y sin errores. La prueba es que he rodado más rápido que en los entrenamientos", repasó el de Derbi, quien reconoció que la intención, el planteamiento propuesto inicialmente, era "primero era acabar la carrera y sumar cuantos más puntos mejor, sin pensar en una meta concreta y sin arriesgar en exceso, salvo en los compases finales". Lo consiguió, razón para estar satisfecho. Además, avanza una posición en la general y figura a un punto de Tito Rabat.