Las estadísticas individuales de la temporada conceden una visión bastante ajustada del rendimiento de cada jugador, así como una aproximación a la realidad del colectivo. Reflejan la gestión del entrenador a través del reparto de minutos y permiten precisar la composición del once tipo o del bloque que ha llevado la mayor parte del peso en la competición. El hecho de que este año, el Athletic haya disputado nueve encuentros más que en el anterior ha favorecido que muchos de los más habituales hayan elevado su cuota de protagonismo, aunque existen excepciones por diferentes motivos.
Atendiendo exclusivamente al número de minutos jugados, resulta que la formación ideal es casi calcada a la del curso precedente. Solo habría cambios en tres demarcaciones porque Agirrezabala adelanta a Simón (lastrado por una lesión en la primera mitad del calendario), Jauregizar irrumpe poderoso en la media y Berenguer toma el relevo de Sancet. El resto repite: De Marcos, Vivian, Paredes, Yuri (que un año atrás acumuló una cifra idéntica a la de Lekue), Galarreta (que también tendría sitio, lo mismo que Prados, que esta vez cuenta con cinco minutos más que él), los hermanos Williams y Guruzeta.
Con diferencia el caso más llamativo se refiere a Oihan Sancet. Aparece como el decimoquinto en el ránking de presencia, debido a que ha faltado en diecinueve encuentros y ha sido titular solo en 24, menos de la mitad de los 55 celebrados. Las sucesivas lesiones que ha padecido son uno de los temas a los que se ha dedicado mayor atención en los medios, las redes y la calle. Ha estado en boca de todo el mundo, dado que se trata de la pieza más desequilibrante, del elemento que cataliza el juego creativo del conjunto. Estas afirmaciones acaso se presten a la discusión, en parte precisamente por su escasa disponibilidad, sin embargo, Sancet ha sido capaz de destrozar sus registros pese a lo poco que ha intervenido.
Los diecisiete goles firmados dejan a bastante distancia los once de Iñaki y Nico Williams, los ocho de Guruzeta y los seis de Berenguer, un cuarteto asiduo en la delantera que supera o ronda los tres mil minutos, mientras que Sancet se ha quedado clavado en los dos mil. Pero más allá de su alta efectividad rematadora, no cabe obviar que el media punta ha rendido a un excelente nivel en un buen porcentaje de sus actuaciones. En definitiva, la gran campaña del Athletic no se entendería sin su influencia: difícilmente hubiese resuelto favorablemente tantos partidos y sumado tantos puntos. Qué hubiese ocurrido de estar Sancet apto para ser alineado con la frecuencia de otros es algo imposible de responder, pero convendría que esta incógnita pudiera despejarse el año próximo. Hará falta que así sea.
Berenguer, el falso suplente que ha solucionado un montón de papeletas al técnico, representa la otra cara de la moneda. Únicamente se ha perdido dos partidos, el que menos, y ha sumado 1.300 minutos más que en la temporada precedente. A ello ha añadido el valor de su polivalencia, que le ha permitido alternar en los cuatro puestos más avanzados del equipo. Tranquilamente podría ser designado como el futbolista más destacado de la plantilla. A su lado se situarían Vivian o Iñaki Williams, el nivel de ambos descendió en el tramo final, pero en líneas generales han sobresalido por perseverancia y energía.
La apreciación sería extensible a Jauregizar, que ha terminado fundido después de convencer a propios y extraños por despliegue y descaro. El de Bermeo sucede en este apartado de novedad inesperada a Prados. Y una mención obligada para Yuri, quien tras un curso complicado por las lesiones ha recuperado el tono. Es el quinto en minutos y la edad quizás le haya restado recorrido, pero no intensidad para fajarse.
Valverde ha dosificado a De Marcos y Paredes contando con Gorosabel, dos mil minutos en su estreno en el Athletic, y un Yeray que, liberado de contratiempos, ha duplicado su concurso y con nota. Algo similar ha vivido a raíz del fichaje de Maroan un Guruzeta menos fino de lo esperado.