El Bilbao Basket está a 40 minutos de ganar un título europeo. El baloncesto vuelve a ser protagonista unos años después. Lástima que la final se juegue a la misma hora prácticamente que el partido del Athletic. Se quiera o no, le va a quitar brillo a lo que pase con los hombres de negro en Salónica. La renta es corta pero puede ser suficiente. Allí todos esperamos un ambiente muy fuerte, lo habitual. Ante esto, buen baloncesto y cabeza firme.
Jaume Ponsarnau y sus chicos están a un paso de hacer historia, como hace algunos años lo hicieron los de Txus Vidorreta o en Charleroi los de Fotis Katsikaris. Poniéndolo en contexto, cierto es que la competición que disputaron los anteriores era más fuerte. Aún así no se le puede restar mérito a un equipo diseñado para salvar los muebles en la competición doméstica y soñar con hacer algo bonito en Europa. Lo han hecho tan bien que están en la final.
En lo puramente deportivo es difícil analizar quién es el favorito esta noche. Los siete puntos de margen podrían otorgar ventaja a los nuestros, pero de todos es sabido que en este deporte no es demasiada renta. En el pabellón del PAOK el lleno está garantizado y los decibelios van a subir hasta el tope. Salónica es una ciudad de baloncesto que vive y ama este deporte. Pero los hombres de negro no estarán solos. El desplazamiento no será masivo pero fijo que se van a hacer notar. Pase lo que pase solo estar allí es un triunfo. La frase esa de que las finales están para ganarlas suena genial, pero por estos lares no estamos muy acostumbrados, así que a competir a tope y al menos salir de allí ganando o perdiendo, pero con la sensación de haber hecho un buen trabajo.
Hoy muchos viviremos la final a través de la radio. La coincidencia con el Athletic no nos va a permitir disfrutar de ese partidazo, pero estaremos apoyando desde el primer minuto, Gora Bilbao Basket, a por ellos.