Dicho y hecho. Había que ganar y se ganó. La cita era compleja más allá del rival de turno. Por cierto, un Valencia muy alejado de la última comparecencia en La Catedral. Los pupilos de Rubén Baraja no comparecieron el pasado miércoles en San Mamés. El equipo valencianista se limitó a defender en la primera parte ante el dominio rojiblanco y aun así encajaron un gol. Pobre imagen y muchas dudas las que se llevaron a la ciudad del Turia. En su casillero todavía no hay ningún punto.

El Athletic hizo lo que tenía que hacer. Dominó en el arranque y se empezó a parecer a ese equipo que hizo de su feudo un lugar prácticamente inexpugnable la campaña pasada. Sin excesos ni florituras, el conjunto de Ernesto Valverde sacó adelante el choque con un golazo de Beñat Prados y la sensación de coger aire después de las dos primeras jornadas de liga.

El once de Txingurri ofreció seis cambios respecto a Montjuic y, aunque el rival nada tenía que ver, los debutantes, tanto con la camiseta rojiblanca como en la titularidad, rindieron a buen nivel. Si me tengo que quedar con uno, lo hago con Mikel Jauregizar. El bermeotarra, por primera vez de inicio en liga, estuvo sensacional y demostró que está preparado para citas como estas. Trabajó a destajo y combinó como lo requería el partido. Uno más que se alista para el técnico a la hora de pensar en las diferentes combinaciones en la parcela ancha. Prados, que fue de menos a más, es un buen socio para estas ocasiones.

Adama Boiro y Álvaro Djaló hicieron que la banda izquierda fuera más novedosa que nunca. El lateral, con escaso trabajo en defensa, solventó sin problema lo que tuvo, no se complicó la vida, fue listo. Su físico es brutal, será interesante seguir viéndole. El extremo, por su parte, más adelantado, tuvo problemas a la hora de finalizar las jugadas. Quizá el debut le presionó en exceso.

La mejora de los leones fue tanto detrás como delante. Regresó Julen Agirrezabala, una gran noticia. De lo que ya no tiene nadie dudas es de la jerarquía de Dani Vivian. El central se sale, manda, corta, ordena, va para arriba, es una pasada. Esta tarde ante el Atlético de Madrid se presenta una gran oportunidad de confirmar que el equipo ya está de vuelta. El ambiente está garantizado en San Mamés para uno de los partidos más atractivos del campeonato.

Ayer estábamos todos pendientes del sorteo de la Europa League. No creo que la valoración sea negativa. Los rivales en casa no son ni mucho menos de campanillas, mientras que fuera la entidad de los mismos es mayor, además de jugar en su campo. Aun así el equipo rojiblanco es capaz de ganar a cualquiera.

De cara al aficionado, los desplazamientos son atractivos, sobre todo Roma y Estambul, aunque este sea en dos ocasiones. En el caso del equipo búlgaro, la cosa cambia. Lejos de la capital, es el típico equipo artificial en el que el dueño crea algo desde el dinero y lo ubica en una localidad de escaso interés. Eso sí, campeones de liga. Habrá que tener mucho cuidado, avanzar será muy importante tanto en lo deportivo como en lo económico.