Cuqando la liga de fútbol y el Athletic echan la persiana, ya todo huele a vacaciones. En esta cuenta atrás hacia el verano, Bilbao estrena un vuelo directo a Nueva York que es un caramelo envenenado, muy goloso, pero no apto para los que anden kili kolo de pasta. El primer vuelo transoceánico desde la capital del mundo es una gran bilbainada solo al alcance de gente que tiene su propia baldosa, o de los más txirenes. Con tres vuelos a la semana, United Airlines lanza un órdago a la grande que solo puede suceder en una ciudad con un perro de doce metros de altura al que llaman Puppy, o en la que está jarreando, pero a sus vecinos les parece que apenas cae sirimiri. Aeropuertos más grandes peleaban por esta ruta pero ser de Bilbao cotiza al alza. Así que las vacaciones dan en la villa el pistoletazo de salida por todo lo alto. Aunque no sea una aerolínea low cost, hace ya semanas que las reservas locales con origen Bilbao superaban de largo a las americanas. Algo que la compañía no ve mucho cuando lanza vuelos a Europa. ¡Que no se diga que es por dinero! Y eso que el efecto Trump ha llegado a los viajes, y ha provocado que muchos pasajeros se estén reservando a la hora de cruzar el charco. Sin embargo, aquí haremos buena la famosa definición de Atlántico: Océano situado entre África, Europa y América, y que desemboca en la ría del Nervión. clago@deia.eus