Dicen que el amor es gratis y una mierda. Ahora que ya ha pasado San Valentín, la antesala del Tinder, lo puedo decir. Más bien es ciego o estrábico, todo depende de los años de relación. Y si usted no tiene pareja o se ha autoconvencido de que es un invento capitalista yanki, y la celebración de unos grandes almacenes, se habrá ahorrado una pasta. Que si la cena con cava, que si la joyita, que si la sesión de masajes... ¿Y qué me dicen de las flores? El pétalo de rosa se ha puesto por las nubes. Cualquier cosa que lleve el apellido San Valentin o, en su defecto, novios o boda, es más caro. Yo con quien estoy in love es con la pareja de Núñez Feijóo, Eva Cárdenas, que se ha pedido en estas fechas tan señaladas un regalo guay del paraguay. La señora regenta quiere que le agasajen, con nada más y nada menos, que suelo público durante 30 años para tener un acceso directo a la playa desde su chalé en Moaña. Supongo que para su cumple pedirá de obsequio un embarcadero para subir a la narcolancha de Marcial Dorado y darse un garbeo por la ría de Vigo. Pero teóricamente ese territorio de litoral es de todos y para eso está protegido por la Ley de Costas. Así que la Xunta no se lo debía regalar a nadie, ni a Feijóo, ni a señora, ni al sursum corda. A ver ¿dónde está el juez Peinado para que mida tanta pasión? Porque el amor llega cuando menos te lo esperas, y de ahí la frase; cariño esto no es lo que parece.