Una semana después de la final de la Eurocopa y tras haber reconocido que, esta vez sí, quería que ganara la selección española porque jugaba mejor y tres jugadores del Athletic estaban subidos en el barco, les cuento que todavía no me he recuperado de la resaca del triunfo y de la narración de los goles.

Cuando Nico Williams marca el primero, el comentarista de RTVE, que podría haber gritado a pleno pulmón viva la madre que te parió, por ejemplo, lanzó un extraño mensaje. Algo así como sus padres vinieron de Ghana, él nació en Pamplona y ahora mete goles con España.

Con el segundo, el de Mikel Oyarzabal recordó que había nacido en Eibar pero que también estaba implicado con la selección española. Qué importa el origen cuando se defiende la misma bandera, le faltó añadir.

Celebración en Madrid

Luego en la celebración en los madriles hubo quien coreó Lamine Yamal, come jamón. Y, claro, también está lo de un pájaro de cuidado en el campo, con entradas como la que rompió el peroné a Yuri Berchiche, como es Dani Carvajal, estrechando la mano de Pedro Sánchez con desdén. Evidentemente no lo hizo porque no llega a fin de mes y cree que el Gobierno español no da respuesta a las necesidades sociales de los que menos tienen, sino porque es uno de esos españoles que cree que Sánchez usurpa la presidencia que legítimamente le corresponde a la derecha. A cosas como estas me refería cuando vaticiné que me iba a arrepentir si ganaba la selección de Luis de la Fuente.