LOS empresarios plantearon la idea de aumentar la edad de jubilación a los 72 años, y Bertín Osborne lo pilló al vuelo. Ahí que se puso manos a la obra, pico y pala, pico y pala y ¡padre a los 69 años! La patronal siempre tiene razón. ¿Ven cómo se puede? Además, no hay nada como montarte en un autobús con un conductor de 71 años. O que el obrero del spot de Coca-Cola Light que en los 90 lucía torso desnudo a la hora del almuerzo... te haga de encofrador, pero con treinta primaveras extras. ¡Los trabajadores también pueden ser como Indiana Jones, que se tira de un avión con ochenta tacos! ¿Darán permiso a los ancianos para salir de las residencias a trabajar? La idea probablemente sea que a los trabajadores nos jubile un cura, mientras nos da la extremaunción. Puestos a plantear, les propongo a estos señores que mejor sería la jubilación a los 85, y los jóvenes de ninis hasta los 45. Y ya el látigo, si eso, lo ponemos nosotros. Con estos, oiga, una no deja de troncharse y mondarse. Porque quieren que nos retiremos a los 72 años, pero no están dispuestos a contratar a los mayores de 50. Mire usted, la que se lió en Francia con el retiro a los 64 y aquí paz social a los 67. Puestos a estirar el chicle del disparate, yo sigo sin entender nada. ¿Pero no habíamos quedado en que dos de cada tres empleos iban a ser sustituidos por Inteligencia Artificial? Aunque bien mirado, igual lo de Bertín con un robot, como que un poco mal, ¿no?

clago@deia.eus