E todos los placeres que disfruta el españolito de a pie, ninguno como ver caer a un hortera desde muy arriba. Y si encima es empresario de relumbrón, y tiene salas acorazadas en su mansión, el disfrute es mayúsculo. Este verano le ha tocado darse la h... al padre de Macario, Rockefeller y el pequeño Monchito. Porque hubo un tiempo en el que algunas crecimos con los inexplicables programas de variedades del ahora imputado por blanqueo de dinero, estafa, asociación ilícita, falsificación de documentos, y delitos contra la Hacienda Pública, don José Luis Moreno. Un tiempo en que asistíamos a cómo en nuestras casas eran abducidos por sus formatos picantes y zarzueleros para maduritos tipo Matrimoniadas. Tiempos en que nos creíamos que la versión cañí de Harvey Weinstein era neurocirujano, podía hablar todos los idiomas de la UE, y era tenor en el Covent Garden. Ahora se han destapado sus supuestas operativas mafiosas. Toda una farsa de abusos de poder, impagos, amantes testaferros, y tíos mazas que lo mismo le servían para un roto que para un descosido. Un mundo de fieles escuderos de músculo prominente y paquete bien marcado a los que el ventrílocuo también metía mano. Riqueza rápida, sin escrúpulos, con empresas pantalla que movían pastones indecentes. ¡Después dicen que España no es tierra de oportunidades! Il capo di tutti capi.

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