OS madrileños se han otorgado la libertad de no toparse nunca más con sus ex, o al menos eso les prometió su arrolladora presidenta Ayuso. ¡Y no saben lo que se pierden! Vaya tristeza eso de buscar no darte de bruces con alguien a quien has dedicado tu vida cuando la libertad debería ser mantener una relación cordial donde no es que te encuentres con tu ex, sino que deliberadamente quedes con él. Pero a la lideresa le debe ir mejor sin ver el pelo a su peluquero Jairo, cuyo noviazgo se llevó por delante (ella y) el temporal Filomena. Olvida que no existe una regla que determine cuánto nos debe marcar un ex ni el tiempo que necesitamos para sanar esa dolencia porque todo depende del compromiso individual. Y sobre todo que los especialistas recomiendan rescatar de cada relación aquello que nos hacía mucho más felices. De hecho, hay días en que habrá quien daría un brazo por avistar al suyo, algo en lo que influye la densidad de población, la casualidad y, cómo no, vivir a la vasca pisando mucha calle y yéndose de cervecitas, por lo que intuyo que, a día de hoy, sea más fácil que pase en Madrid. Ya lo recitaba Charles Baudelaire: "En sus ojos el cielo y el huracán latente / El dulzor que fascina y el placer que destroza / (...) ¿Volveré acaso a verte? ¿Serás eterno olvido? / (...) Sé que te hubiera amado. Tú también lo sabías". Un lugar donde no te tropiezas con tu ex y ese cuerpo que un día fue tuyo es un rincón sin memoria. Justo lo que se han dejado los madrileños.

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