L corinnavirus sigue también activo y esta semana ha tenido su propio rebrote. Se ha sabido que un empresario catalán, amigo de Juan Carlos I, financió parte de los 467.000 dólares que costó la luna de miel que Felipe y Letizia realizaron a Camboya, Fiji y California. ¡Catalán, pero patriota! Mientras los plebeyos sin pedigrí ni alcurnia apoquinamos a las arcas públicas y nos costeamos nuestros viajes, los cortesanos reales y los compi yoguis vip, pagan la luna de miel a Mr. & Mrs. Smith (el apodo con el que reservaron los entonces príncipes) para que desayunen con diamantes en resorts paradisiacos. ¡Si costó ese dinero la luna de miel, no imagino cómo sería la lista de bodas! Nada nuevo viniendo del campechano que deja de percibir este año la módica suma de 161.034 euros porque Felipe VI le ha retirado su asignación después de destaparse el escandalazo de la donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí. Pero ¡oh sorpresa! Esta tela no irá destinada a la maltrecha sanidad, ni a las víctimas del covid-19. Sino que pasará al fondo de contingencia del presupuesto de la Casa Real. Cubrir urgencias en la Zarzuela, después de haber vivido una pandemia donde los sanitarios vestían batas hechas con bolsas de basura y donde la economía de los curritos ha saltado por los aires, es un cachondeo. O sea, el hijo le quita la paga al padre y se la queda él para comprar chuches. ¡Por algo le llamaban El Preparao!

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