O dice con el hábito (es este y no el vestido lo que hace al monje) de quien ha sido periodista y conoce el ambiente. También con la postura. "Apóyate en la barra, apóyate". Letizia, Ortiz a secas, impartía una lección de campechanía a Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia. La sonrisa -y todo lo demás- de ella es de Hola, revista de cabecera de la corona, y la escena transcurre en un tasco junto a la playa de Las Canteras, en Gran Canaria, principio de esa tourné que el heredero del emérito y su partenaire, que decían los modernos de los 70, se han montado por cuestión de imagen tras los desaguisados, que estos sí son reales. La tasquera, joven por la voz, le ha ofrecido "jamonsito" y el máster en Relaciones Internacionales en la Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown ha servido al preparao para pillarla al vuelo y dirigirse al mostrador que daba a la calle y entablar una breve y forzada conversación mientras sus guardaespaldas, con mascarillas y sin ellas, controlan el aforo. Estas cosas (sí, también lo de comer jamón, entre otras viandas), las bordaba el campechano, pero ya se sabe que a la segunda generación siempre le cuesta más hacerse al negocio. Por cierto, la tapa de la tasquera canaria es como aquella media luna de miel de "la feliz pareja" que pagó el empresario Cusí. Y esta ronda -como todo el viaje- también la pagamos nosotros.