EPPUR si muove" ("Y sin embargo, se mueve"), que diría Galileo. Porque mientras medio mundo y parte del otro se presta a la histeria colectiva del coronavirus abonada, entre otros, por instituciones y medios de comunicación, gira, el mundo gira, que entonaba Jimmy Fontana. Biden asesta un golpe a Sanders en las primarias demócratas, Putin cocina su vía libre para presidir hasta 2036, la fortuna furtiva del rey emérito sigue saliendo a flote, Bad guy, de Billie Eilish, fue la canción más escuchada del planeta en 2019; Mercadona supera su récord de ventas, o el terrorismo machista sigue golpeando a las mujeres, utilizadas políticamente este último 8-M... Por citar ejemplos de que nada acaba de detenerse, incluso aunque pare el fútbol o la epidemia vacíe sus estadios. Tras conocer que este se ha afanado en dejar fuera de combate a dirigentes de Vox y PP, irrumpen tertulianos que acusan al virus de anticapitalista o al menos de cojear del pie izquierdo, como si tuviera ideología. Los mismos que confían en que Casado empiece hoy a estudiar medicina, especializarse mañana en enfermedades contagiosas y sacarse el título el fin de semana. Sin intuir además de que en caso de pandemia solo quedarán en liza para restaurar la raza humana los concursantes de Supervivientes y OT, en cuarentena informativa por no recibir noticias del exterior. Cuando la agitación y las fake news invaden el terreno sanitario, el peligro trasciende del covid-19.

isantamaria@deia.eus