eS sabido que lo correcto no siempre es lo mejor para el interés propio y que en ocasiones hacer lo que uno tiene que hacer es incluso negativo o incómodo, pero la mayoría tenemos claro cuál es el comportamiento debido en cada momento. Así que uno no deja de sorprenderse cuando observa ciertas conductas indebidas y la poca vergüenza que tienen algunos y, en este caso, algunas. Ocurrió el pasado jueves en el Txikigune de la Aste Nagusia bilbaina. Los monitores del tobogán de agua, una de las atracciones más concurridas, invitaron a los padres a dejar a sus hijos solos en la cola para evitar que la fila llegara “hasta el Txorierri”. Algunos ya estábamos al margen y nos extrañó la reticencia a moverse de un buen número de madres y algunos padres y aitites. El pastel se descubrió cuando los monitores insistieron en que solo hicieran cola aquellos que iban a tirarse por el tobogán: varios grupos de adultos se habían repartido por el Txikigune para guardar la vez a niños que estaban en otras atracciones, una dinámica que casi siempre conlleva que ocho o nueve querubines aparezcan de la nada para ponerse delante de tus vástagos. El caso es que aquellos progenitores protestaron airadamente cuando les invitaron a abandonar la fila y ni siquiera cambiaron de actitud cuando apareció el coordinador de la atracción y les dio una lección: “Es muy pedagógico para los niños que los padres hagan cola para ellos mientras otros niños están haciendo lo correcto, esperar su turno”.