PEOR, imposible. Una campaña de la Junta de Andalucía contra los malos tratos con falsas y alegres víctimas ha sido esta semana la gota que ha colmado el vaso después de más de 38 víctimas mortales en lo que llevamos de año por violencia de género. Anuncios frívolos de féminas con maquillaje sutil y sonrisa de oreja a oreja. Tono amable y almibarado con mujeres que tienen pinta de todo, menos de haber sido apaleadas y machacadas. Chicas que parecen sacadas de la Teletienda porque las fotos de las señoras en cuestión corresponden a un banco de imágenes empleadas con anterioridad en anuncios de clínicas dentales o de marcas de tiritas. 1.200.000 euros, tirados por el retrete. “Ella ha sufrido acoso escolar. Ella ha sufrido la violación de una manada. Ella ha sufrido una ablación. Y es feliz”. O eso parece indicar la campaña. Vamos, que se quejan de vicio, viene a sugerir el citado spot. Es lo que pasa cuando intentas quedar bien con la ultraderecha. Que quieres denunciar el maltrato y terminas haciendo un anuncio de compresas con nubes o una producción de Disney. Y encima evitando hablar de la violencia de género para no molestar a los socios del trifachito. “¿Tú marido te pega? ¡Pues denuncia y sonríe, chica!” Banal, ofensiva y despectiva. Porque a la campaña solo le falta una voz en off ensalzando el sacrificio de las madres españolas por Dios, la patria y el rey.

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