Cantante a la que, sin ser fan ni mucho menos, debo un puñadito de buenos momentos: Me alegró mucho verla de nuevo en ese vídeo que ha corrido como la pólvora en que comparte escenario con Karol G en el Bernabéu.
Como tantos, me fijé en cómo le temblaba la mano pero no la voz al entonar Rosas y me sentí identificado. Jamás hay que perder el respeto al público; cómo no sentir los nervios a flor de piel ante los miles de espectadores que tuvieron el privilegio de asistir a lo que ojalá sea el aperitivo de su vuelta a las tablas. Bonito gesto, también, el de alguno de sus excompañeros de La Oreja de Van Gogh que le lanzó un guiño cómplice en las redes sociales. Espero de verdad que esa pesadilla que un puñado de desalmados se tomó a broma haya pasado para siempre. Mis respetos.