DOS años justos antes de aquel 21 de agosto de 1913 (en aquel lunes de 1911 del pasado siglo, para entendernos....) robaron La Mona Lisa del museo del Louvre. En la fecha citada, jueves para más señas, se organizó la inauguración del viejo San Mamés con un triangular entre el Athletic, el Racing de Irun y el Shepherd’s Bush FC inglés. Ni los ladrones ni el fútbol aprovecharon las virtudes del domingo para sus respectivas celebraciones. Ya entonces, ya ven. Hoy se habla mucho de la muerte del domingo, un día enclaustrado, cerrado por descanso semanal en numerosos calendarios.

Aparece ahora en escena una suerte de resurrección de los domingos con episodios como el que se avecina: el décimo aniversario de Sunday Market, un proyecto de vida alegre y aprecio por “las cosas bonitas”, como apreciaron los ladrones la mano artesana de Da Vinci y aquellos sportmen el espíritu de San Mamés para nuevas experiencias.

Un domingo feliz, la resurrección de los domingos. Eso es lo que se avecina este 22 de octubre. The Sunday Market cumple una década, y lo celebrará este domingo en San Mamés con un mercado muy especial. Este evento, producido y diseñado por la Agencia de marketing global y comunicación Espacio Actitudes, se ha convertido en una cita ineludible, en un día cargado de sensaciones.

La proximidad, esa es otra de las virtudes de un encuentro cargado de expectación que se presenta como antídoto de aquellos días bordados para dominguear, todo el día en pijama y zapatillas. Antes de que Constantino denominase así, domingo, al séptimo día de la semana, se le llamaba el día del sol. Hablamos de mucho tiempo atrás. De cuando los domingos eran siempre, o casi, felicidad.

La proximidad les decía, que me desvío. El Sunday Market propone el disfrute del trabajo de 30 diseñadores y diseñadoras, de gente ligada a la artesanía, la mayor parte de ellos procedentes del País Vasco, pero también de Asturias, Cantabria y La Rioja, con una cuidada selección de expositores de moda, complementos, diseño, decoración, arte, belleza, bisutería y objetos vintage. Se han celebrado en las ruinas del convento de San Francisco, en el Itsasmuseum, en Yimby, en el parque de Doña Casilda y en un sinfín de sitios más. Ahora San Mamés les espera.