A reciente firma entre los gobiernos español y vasco para la transferencia de la competencia de prisiones no culmina el Estatuto de Gernika -al que, más de cuarenta años después, aún le quedan traspasos pendientes- ni puede agotar la vía del diálogo y el acuerdo entre ambas administraciones. Es patente que esta relación de bilateralidad entre las instituciones vascas y españolas no pasa por su mejor momento, en especial por la toma de decisiones de carácter unilateral y centralizador adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez en la gestión de la pandemia, obviando la cogobernanza, la colaboración mutua y las capacidades competenciales de Euskadi. Sin embargo, continúan dándose pasos en esa dirección, si bien es preciso reconocer que siempre se dan a impulso de las reivindicaciones y exigencias en ese sentido de las instituciones vascas, como ha ocurrido con la transferencia de prisiones, el compromiso para el traspaso del Ingreso Mínimo Vital y el acuerdo para la gestión de la Seguridad Social y, en última instancia, la nada desdeñable promesa expresada esta semana por el ministro Miquel Iceta de dotar de fluidez a la Comisión Mixta de Transferencias, que ahora se reunirá cada seis meses. Otro avance en esa vía es la confirmación de la próxima reunión de la Junta de Seguridad fijada ayer para el próximo 18 de junio bajo la presidencia del vicelehendakari primero, Josu Erkoreka, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Se trata del organismo de coordinación bilateral -fijado en el propio Estatuto de Gernika (artículo 17)- concebido para la coordinación entre la Ertzain-tza y las policías del Estado que operan en la CAV y que lleva sin reunirse nada menos que cuatro años, cuando Mariano Rajoy era presidente del Gobierno. Aunque es cierto que la pandemia y su gestión han ralentizado y dificultado el funcionamiento de estos mecanismos, no es de recibo que se aplacen sine die. Más allá de la agenda concreta de la cita -que contiene aspectos competenciales y de coordinación importantes-, la próxima reunión de la Junta de Seguridad vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de que Euskadi y el Estado mantengan y alimenten estos ámbitos de estricta bilateralidad que dimanan del Estatuto de Gernika y de la gestión de las competencias exclusivas de Euskadi, como, asimismo, la Comisión Mixta del Concierto Económico, aún pendiente y que debería fijarse ya con urgencia.