L gran acelerón experimentado esta semana en el diálogo bilateral entre los gobiernos vasco y español para desbloquear, acelerar y/o encauzar las transferencias de competencias pendientes y, en consecuencia, cumplir el pacto firmado sobre esta materia entre el Ejecutivo y el PNV parecen mostrar por fin una voluntad política por parte del gabinete de Pedro Sánchez para el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika. El camino que ha llevado hasta esta proliferación de encuentros entre consejeros (incluidos los dos vicelehendakaris) vascos y ministros -nada menos que cinco reuniones en los últimos siete días, a las que hay que añadir la del propio lehendakari con González Laya y la que mantuvo Pedro Azpiazu con María José Montero, ambas en febrero, tras la cita que tuvo lugar el 25 de enero en La Moncloa entre Iñigo Urkullu y Pedro Sánchez- muestra, sin embargo, que los obstáculos son muchos y las resistencias de los sectores más centralistas del Gobierno se mantienen vivas. La reactivación de este prolífico diálogo tiene más que ver con los últimos toques de atención lanzados al Ejecutivo Sánchez por parte del PNV, que ha visibilizado su enfado por el incumplimiento de los acuerdos y la dilatación de las negociaciones. En cualquier caso, es posible que la presencia de Miquel Iceta -un hombre dialogante y con sensibilidad hacia las demandas de más autogobierno- como ministro de Política Territorial puede haber contribuido a un cierto cambio de actitud y de impulso político a las transferencias, según puede deducirse tras su encuentro con la consejera Olatz Garamendi. Fruto de estas reuniones, además del establecimiento de cauces de negociación bilateral reales en un clima de confianza y entendimiento, destaca tanto la voluntad expresa de La Moncloa por cumplir el calendario pactado de traspasos dentro de un marco general, como avances concretos y muy importantes, entre otras, en la transferencia ya inmediata de la competencia de Prisiones, en el desbloqueo -a falta aún de concreción- del traspaso del Ingreso Mínimo Vital (IMV) que debía haber llegado ya en octubre y que se abordará en una próxima convocatoria de una comisión a cuatro bandas, o una nueva Comisión Mixta del Concierto. Es de esperar que esta expresada voluntad de avance sea el impulso definitivo para completar, por fin, el Estatuto de Gernika, 41 años después.