hogueras de San Juan para vencer a la oscuridad, alargar la luz hasta el amanecer. No importa que la ciencia astronómica nos diga que el solsticio de verano ocurrió a las 17:54 del 21/06 y que habrá verano 93 días y 15 horas. Nuestro solsticio festivo siempre sucederá la noche de san Juan.

Cuando lean esto ya se habrán apagado las hogueras y sólo quedarán tenues penachos de humo deshilachado de los últimos rescoldos. Pero ahora, mientras escribo, estoy pensando en alargar mi anochecer para contemplar los fuegos en la playa o donde encuentre alguno alrededor del que se baile, se cante, se salte sobre las brasas o simplemente haya tertulia alrededor del fuego. Me gusta esta noche, la más corta del día más largo del año; la buena temperatura y el cielo estrellado veraniegos harán que la noche propenda a una velada mágica. A mis coetáneos, la noche sanjuanera seguramente les traiga junto con el crepitar de las llamas regusto de curso finalizado junto a la alegría de ser los primeros días de unas largas vacaciones veraniegas, además del recuerdo de las pocas noches que en mi infancia se nos permitía trasnochar sin reprimenda.

Aunque el mundo rural vaya languideciendo sustituido por la cultura urbana de amapolas de asfalto y ya importe poco el cambio estacional en lo que atañe a subir el ganado al monte o a la recolección de la cosecha, o sean testimoniales las costumbres como lavarse la cara en siete fuentes o recoger el trébol o la flor eguzkilore para colocar en el dintel de la puerta, también en las ciudades esta noche sigue siendo todavía mágica. Se sigue confiando en la fuerza de esa flor para ahuyentar a los genios maléficos o en esa agua para cuidar el cutis o en la energía de las manos unidas entrelazadas durante la vigilia?

Son muchas las fiestas captadas desde el paganismo que se han posicionado en el cristianismo conservándose en nuestra sociedad humanista marcadamente racionalista y egocentrista. San Antonio 13 de junio, subir a Urkiola para dar vueltas 7 vueltas a la piedra y tocándola pedir un buen novio/a; el 17 de enero san Antón, llevar las mascotas a bendecir; los cordones de san Blas?, la lista es larguísima, pero de todas ellas, la más sentida es la hoguera en la noche de solsticio.

Y con todo esto, más que poesía siento nostalgia y algo de extrañeza propias. Se han entregado en Bilbao los premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento a científicos de talla internacional que marcan la línea de nuestro progreso, todo bajo el prisma del conocimiento racional, demostrado, demostrable y sometido al principio de contradicción. Tecnología 5G, edición génica con CRISPR, aislantes topológicos, aspiramos a vencer el cáncer, el sida, la malaria o la tuberculosis, pero junto a este ámbito científico siguen resistiendo en nuestra realidad social cotidiana no solo las sucesivas religiones, sino una parte de primitivo animismo que busca en la naturaleza algo más allá de la ciencia y la racionalidad. Quizá porque esperemos encontrar en las hogueras de San Juan un poco de luz para ver claro y engañar a la noche.