Para Arabia Saudí el Yemen se está transformando en su Afganistán, en la guerra que no se puede ganar. Bueno, quizá se pudiera ganar, pero con otros ejércitos y no con los enviados allá por los saudíes. Y, además de otros ejércitos, haría falta también otra política; porque con la actual de Riad, Arabia Saudí se va quedando sola en el enfrentamiento directo contra los hutíes e indirecto contra el Irán, aliado de estos últimos. A todo esto, los pocos éxitos militares son seguramente culpa de los mandos y tropas saudíes. Pero los fracasos políticos van mayormente a cargo de la idiosincrasia árabe, donde las alianzas valen y duran tanto cuánto dura la coincidencia de intereses. Y esta última dejó de existir muy pronto entre Riad y Abu Dabi ya que, al comienzo del conflicto, los Emiratos Árabes y Arabia Saudí temían por un igual la influencia iraní en la Península Arábiga y la política errática de las tribus hutíes.

Pero en vista de que a cañonazos no se eliminaba ni lo uno ni lo otro -lo más que han logrado Arabia Saudí y Emiratos en la república yemení es un sangriento statu quo militar y político-, los Emiratos dejaron de compartir objetivos con Riad.

Es decir, comenzaron a retirar tropas del Yemen (sustituyéndolas por milicias mercenarias, cuya lealtad es pura cuestión de soldada) y a preocuparse más de que la lucha acabe con una división de Yemen. Un Yemen del Sur independiente y gobernado económicamente por la ciudad portuaria de Adén resultaría muy conveniente para los intereses comerciales de los Emiratos. Y actualmente toda la política de Abu Dabi se orienta a ello, pese a que resulta absolutamente antagónica a los planes de Mohamed bin Salman, el príncipe heredero saudita. Y cómo las malas noticias llegan siempre en tropel, ahora Omán va alejándose cada vez más de la “neutralidad filo saudí” para decantarse hacia una neutralidad de signo contrario. Porque con el estancamiento de la situación militar y la generosa ayuda financiera del Irán a las tribus yemeníes, Omán está haciendo magníficos negocios tolerando bajo mano el contrabando de armas con el Yemen.