AS palabras. He ahí una de las materias primas más poderosas que se conocen en la humanidad, capaces de cambiar el rumbo de los vientos por mucho que uno de sus más aventajados usuarios, William Shakespeare, las usase para denigrarlas cuando dijo aquello tan usado de que "es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras". La vida nos enseña, en su devenir, que hay que elegir las palabras con la misma cautela que a los amigos. Con mucha delicadeza, vamos. Al fin y al cabo una lengua es un ser vivo que se amolda a la realidad en la que se maneja y va ahormándose en pos de respuestas a los usos más comunes que emplea la calle, tierra agrícola para el lenguaje. Ahí nacen los nuevos términos.

Bien lo saben en la Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia, donde han decidido actualizar la versión digital de su diccionario (euskaltzaindia.eus) en los últimos seis meses, tiempo en que se han regulado 329 formas nuevas, de las que 211 son entradas. Algunas les sonarán. Euskaltzaindia actualiza su diccionario digital e incorpora 329 formas nuevas en los últimos seis meses. ¿Quieren algunos ejemplos? La persona euskaldun podrá usar pisukide como compañero de piso, lan istripu como accidente laboral, arpilatze como saqueo o klimalarrialdi como emergencia climática bajo el beneplácito de la Academia. No es un asunto baladí. No en vano, las palabras están en la cadena del desarrollo humano. Lo supo ver muy bien, como tantas otras cosas, Ghandi. Él fue quien nos dijo: "Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino". ¿Lo ven? Las palabras son más, mucho más importante, qué sé yo, que un smartphone de última generación o un capítulo de Netflix.

¿No acaban de tenerlo claro? El cine nos explicó los poderes de la palabra en aquella película de Disney, El rey león, que tantas fronteras rompió. ¿Se acuerdan...? Dos de los personajes hablan así: "Repite conmigo: Hakuna matata. Esas dos palabras resolverán todos tus problemas". Es una expresión suajili que significa "no hay problema". No importa lo que diga, sino el efecto que produce. Ese es su poder.