OR la esquina del viejo barrio lo vi pasar... Así comienza la célebre canción de Rubén Blades, un canto que habla de las rarezas de la vida, aplicadas sobre el cuerpo y la vida de Tomás Rabero, el protagonista de la historia que acaba en recitación, cuando el intérprete remata la copla con ese verso tremendo: Si naciste pa roñoso del cielo te caen los gastos. El estribillo lo habrán cantado una y mil veces. Se lo digo por si les pillo por sorpresa. Canten, canten conmigo: La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay, Dios. ¿Ahora se acuerdan?

Vino la melodía a la memoria de este callejón al encontrarse, de sopetón, con dos historias que le dejan a uno sorprendido, boquiabierto. Son la historia de un joven estudiante de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la UPV/EHU que llegó armado a la universidad con la vocación de descargar su escopeta contra el edificio, como si quisiera matar lo que ello significa. Al parecer no buscaba hacer sangre sino reventar el caparazón de la propia universidad y serán los jueces quienes dictaminen los porqués y el castigo. La historia, que parece nacida de una crónica de sucesos de una high school estadounidense, nos dejó patidifusos.

Con esa misma cara de asombro se han quedado las personas que han acudido a los comercios de Bizkaia con la intención de balancearse sobre la tela de una araña o, lo que es lo mismo, sobre los bonos de comercio activados para el descuento. Pensaban que no se caerían pero cayeron. Al parecer correspondían 14 bonos por comercio y el reparto ha resultado tan feliz como pobre. En menos de dos horas algunos de los establecimientos habían agotado los bonos del comercio distribuidos este viernes en Bizkaia para fomentar el consumo en el comercio local. Cuando la gente llegaba a su local elegido y pedía un "póngame un bono" se quedaba así, sorprendida.