DESDE siempre, en los centros de educación concertada de iniciativa social, cuando se anunciaba que un día determinado se sustituía la clase por una jornada de excursión se cantaba aquello de “qué buenos son larialaralarala -pongan aquí la congregación que cada uno haya disfrutado o padecido-, qué buenos son que nos llevan de excursión”. A veces, tanta ilusión quedaba en agua de borrajas. A mí, por ejemplo, las monjas me llevaron de excursión, siendo párbulo, a la azotea del colegio. De modo que mi primera experiencia en ese campo consistió en subir unas escaleras y comernos un bocadillo al sol sentados en un cemental. Una sensación similar experimenté al escuchar que había una cita mañana en el Consejo vasco de Relaciones Laborales (CRL) en relación al conflicto de la educación concertada. “¡Qué buena idea! -pensé-; al fin van a recurrir a los mecanismos de mediación y arbitraje de los que dispone el CRL”. Luego dudé. Porque no hace falta personarse en la sede del Consejo para someterse a su arbitrio. O, al menos, no se trata de citarse allí para la foto. Si usted entra en su página web (http://www.crl-lhk.eus/) puede bajarse los impresos de solicitud de acogimiento al Preco -el procedimiento voluntario de mediación en conflictos laborales- tanto en su faceta de conciliación y mediación como en la de arbitraje y activar el procedimiento. Como no es así, la convocatoria sindical busca simular un barniz de novedad convocándola en el CRL cuando lo mismo habría valido la Plaza Nueva. Y en su atasco con la patronal tratan de meter al Departamento de Educación aparentando que le toca resolverlo a él. Espero que los bocadillos estén ricos porque lo que es la excursión...