Hasta ahora, o eso pensaba uno, los políticos que despuntaban en su cargo institucional o interno en el partido aspiraban a convertirse en ministro o ministra. Pedro Sánchez ha venido a cambiar esto también. Con mano de hierro, ha ido laminando a barones y aspirantes a responsables regionales socialistas y los ha sustituido por ministros y ministras. Ayer fue Pilar Alegría en Aragón. Antes fueron Óscar López en Madrid, Mª Jesús Montero en Andalucía, Diana Morant en la Comunitat Valenciana y Ángel Víctor Torres en Canarias. El Consejo de ministros va a terminar siendo una reunión de barones y baronesas.