EL temor, irritación y hasta escándalo que ha causado entre los progenitores de escolares de la educación concertada la convocatoria de un mes de huelga ha permitido rescatar una figura que la dinámica del pulso sindicatos-patronal había puesto en barbecho. Para ser justos, hay que recordar que desde el Gobierno vasco ya se habían citado las letras mágicas -CRL- en el pasado, pero ni sindicatos ni patronal de los centros concertados se habían dado por aludidos y aún hoy persiste el incomprensible silencio de los representantes de las patronales del sector. El Consejo de Relaciones Laborales (CRL) es una herramienta que siempre está al alcance de la negociación colectiva como primer o último recurso. Pero, ¿qué significa acudir al CRL? Ayer, el secretario general de ELA, Mikel Lakuntza, expresaba su disposición a hacerlo pero daba lugar a la confusión cuando sostenía que en el pasado ya acudieron a ese foro sin que nadie les acompañara. Alude Lakuntza al emplazamiento unilateral de los sindicatos a una reunión en una sala del CRL sin participación de nadie del CRL. Esto es, que lo mismo podría haberles convocado en el Palacio Euskalduna. Lo que diferencia al CRL de un edificio vacío es que las partes pueden solicitar su mediación: el Preco, procedimiento voluntario para la solución de conflictos laborales. El CRL, a través del Preco, ofrece servicios de conciliación, mediación y arbitraje, que es lo que piden las asociaciones de madres y padres: un arbitraje que dicte una resolución justa para todos. No; los sindicatos no han solicitado al CRL más que ocupar una sala. Y la patronal del sector, tampoco. Vayan y déjense mediar lo que son incapaces de acordar.
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