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El día de la marmota

El día de la marmota

PHIL es el nombre de la marmota que predice el final o no del invierno. Es una tradición estadounidense que Hollywood como no podía ser de otra manera llevó hace algunos años al cine. Phil Murray es en esa cinta un reportero famoso que se ve atrapado en el tiempo y revive cada día ese momento. Para él la vida empieza a ser monótona ya que cada día es exactamente igual que el anterior. Eso mismo pasa con el Athletic.

Cada partido es una continuación del anterior, bueno, en algunos casos para peor. El equipo de Ziganda firma las actas sin avanzar prácticamente en nada. Cada vez juega menos, los jugadores se desdibujan a marchas forzadas y el aficionado empieza a estar muy harto ante la inoperancia de un equipo que aburre a las ovejas. Lo rojiblancos deambulan por el campo sin tener para nada claro cual es su ADN.

Es probablemente el peor momento en unos cuantos años. No sale nada y el único aliciente es seguir vivos en la Europa League. La hinchada asiste a San Mamés incrédula con lo que le está tocando vivir. Dicen que los ciclos existen y desde la presidencia cada vez que se puede nos recuerdan lo afortunados que hemos sido estos últimos años, poco más o menos que nos exigen que agradezcamos el regalo dado. Eso sí, de momento cero autocrítica con lo que está pasando. La gente está dejando de ir a La Catedral, prefiere sufrir en silencio.

El club está en punto muerto y en deporte esto es muy mala señal. El Athletic es ilusión y pasión y ahora mismo es dificilísimo encontrar estas dos sensaciones con lo que estamos viendo en cada partido. Lo de fiarlo a la Europa League es ridículo, es un brindis al sol. Si alguien quiere engañarse con esto, allá él. El equipo necesita un revolcón para cambiar la dinámica. Kuko tiene parte importante de culpa pero los jugadores son los ejecutores y desde arriba hay que poner orden. Hay mucho trabajo por hacer pero sobre todo lo más importante es que este ambiente depresivo abandone nuestras inmediaciones.