lA mayor demostración que existe en el fútbol es ganar y que nadie dude de ello. Hablo obviamente de lo que cada uno hace en el campo y en definitiva lo que motivará el resultado. Bueno, siempre no, es cierto que a veces la suerte para bien o para mal cambia el signo de un partido. Lo que está muy claro es que el Athletic tenía muy interiorizado lo que debía hacer y lo ejecutó con brillantez y contundencia. Fue mejor en todo. No dejó lugar a la duda y desde el primer minuto puso las bases de lo que en definitiva sería un partido redondo.

Los leones llegan al final del campeonato con la mejor racha en liga, a la que solo le restan tres jornadas, y lo que es mejor con la moral por las nubes. Valverde diseña el plan y los futbolistas lo llevan a cabo a la perfección. El técnico estuvo muy bien en Balaídos. Movió muy poco en el once pero ajustó cada pieza con el objetivo de sacar lo mejor de cada uno de los jugadores que tiene a su cargo. Es el entrenador de los récords y eso es por algo. El premio está cerca y todos quieren conseguirlo.

Lo de Raúl García es sencillamente escandaloso. Cada día que pasa no voy a decir que crece porque ya está muy crecidito pero sí diré que es más determinante. Su peso especifico en el grupo y la contabilidad hecha de lo que suponen sus goles le hacen acreedor de ser sino el mejor, uno de los dos mejores del equipo esta temporada.

Raúl hace fácil lo complejo y cada vez que asoma por el área es un dolor para los rivales. No hablo ya de la importancia del navarro y su ascendiente en la caseta.

Lo caprichoso del destino pero sobre todo de tener tantos equipos vascos en primera hace que el Alavés sea el rival el domingo. Seguro que se habla mucho esta semana de lo que ocurrió en una u otra ocasión y de quién benefició a unos o a otros.

Rivalidades y proximidades aparte el Athletic debe hacer lo suyo y no esperar nada de nadie porque nunca le han regalado nada.