GORKA Urtaran ha movido ficha para convertirse en el “alcalde Urtaran”. Vincular su futuro a los presupuestos de Gasteiz de 2017 no es solo una cuestión económica. La negativa de EH Bildu a apoyar los presupuestos fue una operación que reunía una mezcla de ambición del que pudo y no fue y otra de marcaje. Miren Larrion sabe que fue segunda, por delante del PNV, y de ese rescoldo viene esta hoguera.
Pero seamos sinceros: si estamos para Nafarroa, estamos para Gasteiz. Y si hay un incumplimiento de programa, dígase cómo y en cuánto afecta. De momento, Urtaran lo ha explicitado en porcentaje, en cantidad, y hasta ha explicado la diferencia en cualidad: las partidas no cumplidas (son una cuarta parte de lo pactado) estaban sujetas a los ingresos. Ese dato no ha sido rebatido y no es una diferencia sustancial sobre el programa. Hay algo más.
Urtaran, alcalde fruto de un acuerdo de circunstancias peculiares, ha dado un paso adelante. Legítimo porque lo prevé la ley y, sobre todo, porque es razonable: se gobierna con las cuentas que propongo y pacto. Pero tiene un riesgo: cuenta con doce votos (PNV, PSE, Podemos e Irabazi) frente a 15 (EH Bildu y PP).
Esa es la suma. No hay otra en Gasteiz y si vale para el Gobierno de Nafarroa, salvo que se explique muy bien, debe valer para Vitoria. No está explicado. Larrión no se fía de Urtaran, pero, para hacernos una idea, su actitud sería el equivalente a que EH Bildu tumbara con UPN los presupuestos del Gobierno de Barkos.
Para ponerlos a otra escala. Prorrogar los presupuestos supone anular de un plumazo los proyectos elegidos en votación popular: el estudio del soterramiento de la rotonda de América Latina, la accesibilidad de la plaza de la Constitución, bidegorris por el centro, guardabicis, juegos infantiles adaptados, la remodelación de la calle Los Molinos, un parkour park, la regulación de bicicletas en la calle Honduras, huertos urbanos, etc. ¿De verdad que el órdago merece la pena?
De lo pequeño a lo grande, Gasteiz merece un acuerdo para que no gobierne ese PP que dividía entre los de aquí y los de allá. Quedan dos días para arreglarlo y lo mejor sería que EH Bildu no hiciera el cálculo de lo que pudo tener y no tuvo. Lo demás, sospecho, hace más grande al alcalde que quedó tercero pero va camino de ser el primero en compromiso.