Extraños
el Athletic es un equipo distinto fuera de casa. Se sienten tan extraños a domicilio que no parecen el mismo conjunto. Solo han pasado cuatro días desde el partido ante el Eibar y la película ha cambiado mucho, demasiado. Es cierto que hubo cambios, creo necesarios y oportunos, pero de ahí a lo visto en Viena ante un rival que no se jugaba nada va un trecho.
Valverde tiró de repertorio y dispuso un once novedoso, joven y con label Lezama. El partido, dentro de lo visto en esta fase de grupos, fue de lo mejor en control e intensidad. Sin hacer grandes cosas pero viendo lo que el rival proponía, el Athletic jugó lo justo para dar la sensación de tener más opciones de llevarse el partido. El problema surge cuando bajas la guardia un poco, en ese momento el contrario lo aprovecha y te la lía. El gol, bien es cierto, no justificaba los méritos de los locales. Mucho para lo poco demostrado.
Hubo notas positivas a nivel individual. Iker Muniain disfruta en el campo y se nota. El futbolista rojiblanco crece en rendimiento con el paso de los partidos y jugando por dentro. Cada minuto recuerda más a ese jugador desequilibrante que ponía en serios aprietos a las defensas rivales. Es una grandísima noticia. Nuevamente, Williams, que cada vez hace más cosas, demostró estar en un buen momento. El debut europeo de Asier Villalibre constató que este joven cachorro tiene clase y categoría para ser un león por mucho tiempo. Otra fenomenal situación.
El domingo toca liga en Sevilla ante el Betis. Esperemos que Valverde y los leones no se sientan tan extraños fuera de su guarida.