LAS coooooosas que hiciiiiiiiimos, tá-pá-pá. Bueno, lástima de interrupción inmediata y contrapregunta al vuelo al también ciudadano colombiano Felipe González -en adelante FG, como en los tiempos en que fue presidente-. Aun así, no está mal como momentazo telefónico de estos últimos años que vivimos electoralmente (tan intensos). Tres veces ha advertido al bisoño el expresidente del mandato más largo de la democracia española ante la eventual crisis del sistema y el sobrevuelo ahora ya de las terceras elecciones generales: la recomendación es laissez faire, laissez passer.

Mirando hacia atrás sin ira hay quien ha sentido crujir los expedientes del caso GAL con la alusión a los pecados pasados. Otros, sin embargo, más jóvenes seguramente, han pensado en los maridajes que dieron como fruto el primer lehendakari no nacionalista de la historia. FG, muy preocupado, se declara cada vez más demócrata y respetuoso con la democracia, qué alivio, saluda a los que han ganado. Mil y una veces antes el PP que una alternativa con nacionalistas y separatistas, que nos rompen España.

Lo curioso es que nos hayamos quedado con una coletilla dicha, seguro, sin intención, y no sigamos la indicación de la flecha, en dirección a un secretario general de un partido que engaña a los ya jubilados en su mismo cargo. Qué desfachatez, un efebo que no cumple la palabra dada a un septuagenario. El emérito asiste pasmado al giro de la tortilla. Es el signo de los tiempos, en vez de ir al meollo de la cuestión, nos perdemos revisando el pelaje del mensajero. Como cuando graban en el despacho del ministro y el empeño es la conspiración antiindependentista que sugiere la conversación en vez de lanzarnos como locos a revisar el edificio a la busca del espía y su artilugio.

¿Y ahora qué? Habíamos calculado que las autonómicas vascas y galegas llegarían para poner sosiego y serenar las aguas. No es en la periferia norte, sin embargo, donde se desenmaraña la gobernabilidad española. Quedamos entonces a la espera de la preceptiva entrevista radiofónica o de tabloide a Alfredo Pérez Rubalcaba. Otro otrora líder del SOE, que llegó a plantearse hacer desaparecer la O y la E de las siglas. En su defecto, se le espera en el comité federal del sábado, si da tiempo a reactivar la S y no se hunde antes la P en pleno debate interno, que es como mentar la noche de los cuchillos largos pero en políticamente correcto.