EN abril se produjo su abandono total de la vida política. Está muy bien añadir adjetivos a los abandonos, obviar precisiones conduce a confusiones del tipo “abandono ulteriormente relativo”, sirva de ejemplo el episodio Esperanza Aguirre. Mariano Rajoy en funciones -modo al que está llegando al culmen de la perfección, de pura práctica- aceptó su retirada, todo un movimiento de los no acostumbrados. Da ahora la sensación de que ya con la vista puesta en dónde colocar la tacita canaria de la vajilla de Limoges (por no llamarle jarrón chino, por más que guarde tamaño parecido con uno de los más insignes ídem), con planes de futuro, vaya. No consta que el exministro recibiera ningún sms de ánimo de los que ensanchan el alma de quien ha cometido, pelillos a la mar, un par de errores aquí y otros en Panamá. Cinco meses después, qué mal, el funcionario vuelve a causar un daño evidente al gobierno de España, al Partido Popular y adláteres, en otro momento político singularmente grave, ahora que tres hojitas del calendario nos separan no más de las Navidades.
A ver, Soria cuando dimite, es que dimite de forma irrevocable. Dejó toda actividad política al pasar a formar parte del limbo funcionarial con ínfulas que, por qué no, puede verse sentado en un despacho en Washington, tú pasa el Pronto y yo el trapo. Nos preguntamos, esturnecidos, si la sobrina Guindos podrá hacer valer aquello que le granjeó el puesto de adjunta directora ejecutiva hace 2 años, con fin y término el presente. Un puesto de 169.000 euros, al tipo del cambio de entonces. Lo que se reza al otro lado del charco por la revalorización del dólar.
¿Cuánto tiempo le dura a Mariano Rajoy el arrebato de pérdida de confianza en José Manuel Soria? Unos mesecitos. Se ve que no es persona rencorosa, cierto que su comportamiento es todo ejemplo de coherencia. Sin distingos por razón de género, puede dar fe la propia Rita Barberá. Menudo borrón sin cuenta nueva en el PP, ellos, que son tan de unidad interna indivisa. ¿Será posible que el caso Soria hiciera temblar las rodillas presidenciales, razón por la cual se intentó colar de rondón, con nocturnidad y alevosía de viernes, el nombramiento funcionarial? Con lo de la corrupción está más que avisado, pero esto de no poder disponer de un noprocesado, noimputado, noinvestigado? quién se hubiera imaginado que iba a arder Troya hasta de Génova para adentro.
Lo más apasionante de todo es aguardar a saber qué servirá como compensación por mostrar, José Manuel, semejante entereza, y aguantar no uno, dos embates de escarnio público, siendo capaz, como eres, de ejercer de alto cargo todo el rato. En ocasiones, los caminos del señor son inescrutables, pero habrá que mejorar los 226.000 plus ou moins libres de impuestos. El Banco Mundial, que se sepa, no ha emitido comunicado alguno con el que aclarar cómo va en cuanto a honorabilidades tocadas, discreto gesto que se valora viniendo como viene de brazo financiero de Naciones Unidas para países en desarrollo.