EL fin de año produce una especie de espejismo que, vestido de los falsos y poco glamurosos dorados de purpurina de los escenarios televisivos, nos puede llevar a creer que, tras las campanadas, se abre un nuevo tiempo en el que casi todo puede cambiar para mejor.Y quizás este año se haga realidad, ya que 2014 supone la cuesta abajo del mandato de un Rajoy que ha demostrado ser un personajillo de segunda empeñado en machacar a la ciudadanía con su mal entendido rodillo de la mayoría absoluta.
Todavía tocada por el espíritu navideño, intento escribir algo bueno sobre ese señor y nada, no se me ocurre nada. Lo único que me viene a la cabeza es la palabra quitar y una larga lista de sinónimos que reflejan lo que está haciendo para fastidiar a la mayoría. Prohibir, disminuir, liquidar, arrebatar, privar, anular? son sinónimos en su objetivo de cercenar la práctica totalidad de los fundamentos democráticos del Estado de Derecho.
Mi esperanza en ese cambio político en las próximas elecciones generales se basa en la complicación de las cuestiones que tiene delante el poco demócrata líder del PP y en su, hasta ahora, nula capacidad de buscar acuerdos y soluciones pensando en la ciudadanía y sus derechos. Son muchos los frentes abiertos para un gobierno empeñado en el retroceso de la cosa pública y en la vuelta al más puro nacionalcatolicismo de la España de la desigualdad; comenzando por la segregación de sexos y la asignatura de religión de su nueva ley de Educación, al más puro estilo retrógrado de Rouco Varela y Escrivá.
Euskadi y Cataluña fortalecen a pasos agigantados sus ansias soberanistas en la sociedad civil y en sus parlamentos. El lehendakari Urkullu ponía fecha a su compromiso electoral de nuevo estatus político mientras enfrenta la crisis con políticas calculadas para el largo plazo. El president Mas también ejercía estos días su liderazgo dirigiéndose directamente a otros gobiernos europeos. Mientras, los voceros del régimen demuestran su preocupación con el encendido nivel de sus improperios y Rajoy insiste en que nada de respetar los derechos nacionales, pues "dañaría enormemente a toda España". Menos mal que ya se han destapado al reconocer que efectivamente perderían allá.
El negarse a devolver a esas dos naciones al estatus que les corresponde complica, sin duda, el futuro de Rajoy; aunque no solo esas le estén llevando a un divorcio total con la gente de la calle. La reforma de la ley para la interrupción voluntaria del embarazo ha cabreado a la mayoría social, aumentado por el cinismo de su ministro, que frívolamente rebajaba la cuestión al defender que en caso de violación sí se podrá abortar. ¡Solo faltaba! No es casualidad que ahora intenten anular nuestros derechos sexuales y reproductivos. Se trata de otra estrategia bien calculada para ir desmontando los avances que, gracias al feminismo, hemos conseguido todas las mujeres, de izquierdas y de derechas y de toda condición social, así como los hombres demócratas y decentes de verdad.
Ni siquiera acaban ahí, ya que prometen continuar con nuevas aberraciones y todavía más reformas en lo laboral y las pensiones. No se contentan con seguir empobreciendo a la clase media, además nos quieren neutralizados, en silencio y sin protestar: para eso está la Ley de Seguridad Ciudadana que penaliza la resistencia pasiva entre otras. Ya ni derecho de manifestación.En algo coincido con Rajoy: yo también creo que 2014 será el año de la recuperación aunque, contrario sensu, lo entiendo de reivindicación y reversión democráticas. Las uvas quedaron atrás. Ahora es cuando nos toca poner en práctica nuestra lista (en mi caso larga) de intenciones y deseos para este recién estrenado año 2014. Menos mal que el lunes vienen los Reyes Magos a traernos la fortaleza necesaria para estos 365 días y las nuevas oportunidades que nos ofrece la vida.