El 4 de junio, El Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión clama justicia: grito universal contra el dolor silenciado, las heridas invisibles, el miedo infantil. Basta de abusos. Que la inocencia sea sagrada, protegida, inquebrantable. Cada niño merece amor, respeto, seguridad y un mundo sin violencia. No olvidemos la actuación  de  Osakidetza, frente a la violencia que sufren las personas menores que crecen en contextos familiares donde la violencia contra la madre está presente y se producen situaciones como la “violencia vicaria”. Actuación propia y colaborativa que mejore la atención integral. Proteger a la infancia es una responsabilidad de todos.