Las recientes palabras de Jaime Mayor Oreja oponiendo “evolución” y “creación” no parecen responder al pensamiento de Charles Darwin, que fue el autor de la teoría del evolucionismo. Dice el teólogo Jesús Martínez Gordo: Cuando Charles Darwin formuló la teoría de la evolución como la mejor y más adecuada explicación racional de todas aquellas pruebas que se presentaban ante sus ojos, lo hizo desechando el azar y la casualidad. La razón le indicaba “la extrema dificultad o, más bien, la imposibilidad de concebir este inmenso y maravilloso universo […] como resultado del azar ciego o de la necesidad”. Y, cuando reflexionó sobre ello, se sintió obligado a reconocer la existencia de “una Primera Causa dotada de una mente inteligente y análoga en cierto modo a la del hombre”. Por eso no tuvo dificultad alguna en “ser llamado teísta”. Un año antes de su muerte, en carta dirigida a W. Graham, el 3 de junio de 1881, escribía: “El universo no es el resultado de la casualidad”.