La jaula, le llaman. Una jaula con una pared enfrente y otra a la izquierda, dos muchachos y una pelota. Allí se demuestra lo grande que son los deportistas, los pelotaris 2022, el control de la mente y del cuerpo al límite. Allí se goza, se sufre hasta que termina el partido más hermoso de los tiempos actuales y tal vez del futuro, porque jugar mejor, tan bien como vimos el 19 de noviembre del año de gracia será difícil. Los pájaros conquistaron evolucionando, el aire. Los buitres leonados, el Quetzal, la mosca del vinagre son productos del cambio, de la evolución. Las guerras ya no las ganan los que más tanques y aviones de titanio, y más armamento tienen, sino los que poseen tecnología más avanzada y desde los ordenadores, con la inteligencia artificial, saben cómo se mueve el enemigo por antenas y radares, aparatos que leen en el aire señales. La pelota ha llegado a niveles difíciles de superar. Para esto ha hecho falta que lleguen estos chavales que luchan contra sí mismos, contra su cuerpo y su mente superando el dolor, el cansancio y sus sueños. Larga vida a los dos, Ezkurdia y Altuna. 2 txapelas.
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