La columna de Pablo Muñoz titulada Sus colegas las putas sobre los niñatos descerebrados del colegio mayor y sus homólogas defensoras, me ha parecido perfecto. Sólo le falta indicar que ellas se sentirían orgullosas incluso de ser violadas por esos machotes y recibir compensación económica por ello, ya que son tradiciones y en el fondo las quieren. Y no se sienten ofendidas, porque son sus propias parientes y colegas.