Nuestras repúblicas vecinas, Portugal y Francia, a tenor de la estadística sobre los casos de covid-19, con medidas menos restrictivas que en el Reyno de España, consiguen mejores resultados. Necesaria o no en la vía pública, con toda seguridad lo que tiene importancia es que una reposición frecuente de la mascarilla tiene beneficios; se da lo inverso y vemos las urgencias hospitalarias. Si fuese cierto que para nuestro Gobierno la salud es lo primero, a la hora de comprar la harían más asequible y es lo inverso. Comparando precio-fiscalidad, se da el mismo hecho inverso y paradójico que nos obliga a ser escépticos de las tesis y medidas del Gobierno; de sus contradicciones entre lo que tratan de justificar como medidas sanitarias y lo que se demuestra de contraproducente para la salud física y psicoemocional. Dejan a descubierto que son medidas psicosociales generadoras de miedo y domesticación; y administrativas para generar IVA, con un artículo sanitario de uso obligatorio, al que Francia y Portugal aplican IVA reducido (5 y 5,5%) y en España el mismo que a un yate: (21+5,4%), el máximo. En Portugal 20 mascarillas quirúrgicas cuestan 1,74 euros; en España, la misma cantidad cuesta 19,60 euros...