Calviño ignora que se han divulgado por el mundo las imágenes de los acontecimientos violentos que se produjeron en la celebración del referéndum del 1-O en Catalunya, de la actuación descontrolada de las fuerzas policiales para reprimirlo y que fue objeto de juicio y condena de los líderes en el vergonzoso procés. Calviño recoge las críticas de la prensa democrática europea que difunde las sentencias de los tribunales españoles contrarias a los principios de derechos humanos y que son sistemáticamente revocadas por los tribunales europeos. Este fracaso de la diplomacia internacional española debería servir de lección a los poderes fácticos españoles para que comprendan que en Europa se duda de la baja calidad de la democracia española y evidencia que tiene aun mucho trecho que recorrer para ser homologada.