Asedas, la asociación que abraza alrededor del 70% de la distribución alimentaria en nuestro país, aseguran ser el último eslabón, el que está más cerca del consumidor y el que se come la preocupación que agobia al campo en las pequeñas explotaciones. Nuestros productos en la Unión Europea están muy por debajo del que habitualmente tomamos como referencia: Italia. A veces hay situaciones de precios en origen tan bajos, que el coste de recogida es superior al precio que se paga. Pero los precios de origen dependen de circunstancias incontrolables: climatología, mercados internacionales... El Gobierno, administración y comunidades autónomas trabajan, pero cualquier solución no será ni a medio plazo. Pensar que un producto vale lo que valdría en el árbol es erróneo, ya que el proceso para en consumo final es complejo y costoso. Las protestas del mundo agrario se han colado de rondón en medio del impeachment, Villarejo, Brexit y coronavirus, como algo incómodo, y ya han comenzado a llegar los que un día desertaron. Algunos, reconvertidos en traje, corbata y cargo público, se lanzan en picado buscando el voto entre rastrillos, boñigas, guadañas y tierra cabreada. Se hacen selfis en tractores y hasta han identificado y tocado alguna vaca usando guantes desechables. El gesto del señor Cayo, lo dice todo?