Suena el teléfono. Nuevo mensaje de Whatsapp. Surge la duda, ¿será importante? Estoy a menos de diez metros de mi destino, ¿puedo esperar? Bueno da igual, es un segundo. Supongo que eso fue lo que debió de pensar el chico antes de saltarse el stop y tirarme de mi moto. Hace ya cosa de un año de aquello, que se saldó por un lado con un golpe en el coche y por otro con un dedo fracturado y susto de muerte. La aparición y extensión de aplicaciones móviles que obligan a mirar la pantalla y despegar una mano del volante no hacen más que multiplicar las distracciones al volante y empeorar este grave problema, que a día de hoy es la primera causa de accidentes mortales en la carretera. Demos importancia a lo que realmente lo merece.