El Athletic Club, la entidad vasca que mayor imagen de país traslada hacia el exterior y generadora indiscutible de un fuerte impacto económico en Bizkaia, está de nuevo en el ojo del huracán por una decisión de la Diputación de Bizkaia que pretende rebajar la fiscalidad de los gestores de fondo de capital de riesgo para atraerles. Pese al intento de muchos de hacerlo ver así, no es una norma Athletic. Otra cosa es que en Ibaigane, lógicamente, cumplan con la legalidad de cada momento. Mientras Josean Querejeta pedía a gritos a la Diputación alavesa equiparase el asunto, lo que aplaude por cierto la decisión de Bizkaia, uno se ponía a pensar en las repetidas ayudas que ha tenido y tiene el Baskonia, con publicidad institucional por todos los poros de su camiseta y del medio que ha lanzado el misil en su pantalón. También cabe pensar si en Gipuzkoa no se ha mirado y mira para otro lado a la hora de los trasvases económicos de dinero público con sus sociedades anónimas deportivas. Mejor no referirse a los privilegios existentes en la Comunidad de Madrid. Pero bueno, poner al Athletic en el ojo del huracán es un deporte de moda. Incluso por parte de gente que dice ser de este Club. LaLiga hizo público que en la temporada 2016-17 los ingresos totales generados por la industria del fútbol profesional en Euskadi, sin contar en su estudio a Navarra, son de 1.182 millones, un 1,69% del PIB de la Comunidad, y generó casi 15.000 empleos. Y yo digo lo siguiente, respetando a los que creen que el Athletic no debe beneficiarse de este decreto. ¿No interesa al negocio vizcaino en general que Ibaigane tenga mayores recursos y por ende mejores futbolistas? Que pregunten a bares o restaurantes lo que repercute en sus cajas que los leones ganen o pierdan partidos.