En la manifestación soberanista de Madrid hubo mucha gente: la Cibeles inundada de estelados es una estampa incorporada ya a la épica del independentismo catalán. Esta concentración no es para reconocer que sea la república catalana. Una manifestación nunca es un referéndum. Si del volumen de manifestaciones dependiera una decisión política de esa trascendencia, Catalunya tendría que ser independiente al menos desde el 11 de septiembre del 2012. La convocatoria pregonó que la autodeterminación no es delito. Los manifestantes del sábado podrían haber recurrido a otro eslogan: “Echadnos ya”. El principal activista era Quim Torra, tendría que haber sido arrestado y llevado al Supremo mucho antes del sábado. Entonces es lícito demandar en discursos y reclamar en movilizaciones sociales: forma parte de una actividad política libre y democrática. Pero precisamente por eso no puedo coincidir con los partidos que aseguran que, cuando gobiernen, jamás permitirán un acto secesionista. Conclusión: Lo lógico es que, antes de dar ese paso, hayan eliminado de La Constitución la libertad de expresión y de manifestación.