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Libres

Me falta el aire, todo me da vueltas, me mareo, las piernas no me responden, no aprecio más que el negro, ese color... No hay más alrededor, siento que quiero correr pero no puedo. Grito o eso creo, siento que nadie me escucha y me hago una bola. ¿Qué ha pasado? ¿Quién era el? Recuerdo ir a casa y sentir que mi sombra no era la única en la acera, y acelero, pero me siento indefensa, sé que si llega a mí altura, no habrá quien le gane, y odio esa sensación de impotencia.

Me siento vulnerable y lloro, sudo y por suerte, esto no ha sido más que un sueño y ahora tras la ducha, queda todo en una mala noche. Pero por desgracia esa sensación me acompaña, nos acompaña. Cuando salgo de fiesta o simplemente a dar un paseo, porque ¿acaso no soy libre de salir cuando realmente me venga en gana?

Al parecer no, porque esa sensación está ahí, y no somos vulnerables porque seamos el sexo débil, lo somos porque físicamente el pulso probablemente nos lo ganen ellos. Porque muchas veces, el intento de ellos, que tanto daño nos va a hacer a nosotras de por vida, en cuanto a leyes no trasciende tanto. Vulnerables, porque se nos ha robado una paz, una libertad, sin permiso, y se nos ha hecho temer a algo que cada una poseemos, libertad de decisión, libertad en general.

Esta vez ha sido un sueño y espero que sea de los que, jamás se cumplen, pero no dejaré de preocuparme ni por mí ni por ninguna de vosotras, por lo tanto, gritemos juntas, luchemos juntas. Somos gladiadoras no princesas y hemos nacido para ser libres. .