A pesar de ser íntegros y generosos, a pesar de ser honrados con nuestras cuentas y ayudar a regiones y países menos desarrollados, los vascos no logramos ganar el afecto y la solidaridad de nuestros vecinos. No sé por qué. Tal vez sea que les han regalado a nuestros vecinos una lista de mentiras sobre nosotros. ¿Por qué digo esto? Porque leo los periódicos y reinciden en los ataques a los “privilegios” que se supone tenemos los vascos. ¿Qué tenemos de especial los vascos, qué encuentra un andaluz de diferente en mí? ¿Los demás tienen que mostrar que bailan sevillanas, boleras, rocieras, corraleras, tenemos que estar sentados a que nos resuelvan nuestros problemas? No pretendo interpretar la actitud de delegar en Madrid la responsabilidad de vuestras acciones como una dejación de vuestras capacidades o un signo de debilidad. Quedaos tranquilos y dejarnos tranquilos a nosotros también. Mi intención no es marcharme de España, sino solo que se me reconozca lo que soy, un vasco que espera que su País sea reconocido como Nación.