Síguenos en redes sociales:

No se enteran

Ni se enteran ni se dan cuenta de nada. La retirada de Alfonso Guerra de la política activa, cuando era el último superviviente del primer Congreso de los Diputados posfranquista, unida a la crisis de valores de los políticos actuales -envueltos en casos de corrupción y defendidos con prebendas lejos del alcance del resto de los mortales-, marca un antes y un después en este país. Si a todo ello añadimos la inacción de los dos grandes partidos españoles, encontramos la razón del surgimiento meteórico y sorprendente de Podemos. Las últimas encuestas, en las que queda confirmado que la formación que lidera Pablo Iglesias puede convertirse en la sorpresa de las próximas elecciones, tampoco han servido para abrir los ojos de populares y socialistas, que siguen empecinados en creer que el nuevo partido será flor de un día y que de aquí a mayo de 2015, cuando se celebren las próximas elecciones municipales, se habrá derretido como un azucarillo en el café. Lo tienen claro. Tanto como harta a la gente.