Mareas vivas

En las últimas semanas se han producido las mareas vivas en nuestras costas. Este fenómeno que se produce cada ciertos años nos ha dejado una estampa inusual de la belleza de la Biodiversidad que se esconde debajo del mar. Lamentablemente, este hecho no ha pasado desapercibido para una cantidad de ciudadanos que, aprovechándose de que cientos de especies quedaban al descubierto, han salido día y noche a arrasar con todo lo que podían (pulpitos de pequeño tamaño, percebes, cangrejillos, erizos de mar...), basándose en técnicas de captura ilegales en muchos casos (habría que ver si tenían licencia también) y sin ni siquiera respetar las tallas mínimas y los cupos establecidos por el Gobierno vasco.

Esta falta de respeto ha sido notable en toda la costa vasca e, incluso, en lugares protegidos, como el Geoparque de Zumaia. También en plena playa de Ondarreta en Donostia, donde se podía ver a ciudadanos con focos y linternas a las noches. Ya sabemos de la capacidad destructora del hombre y que Euskadi en materia de Medio Ambiente es un paraíso para los furtivos, pero de la dejadez del Gobierno vasco y de la Ertzaintza con estas conductas tan descaradas y a la vista de todos, no. Por cierto, ¿los inspectores de Pesca dónde estaban?